La cantautora Adriana Moragues debuta en el mundo literario con una historia en la que los sentimientos laten con fuerza y la música envuelve cada página.

Una novela urbana y muy cercana sobre el difícil arte de reconocer nuestro propio camino en la vida.

Carla es de esas personas que se regala cada mañana cinco minutos más de sueño, de las que se toma el primer café en casa y el segundo lo sorbe bajando las escaleras del metro. Podría ser una de esas chicas que trabaja en el prestigioso bufete familiar. Pero no. Carla ha escogido otra profesión. Esta joven de espíritu inquieto es ahora la cantante de la línea 3 del metro.

Cada día cientos de personas pasan por delante de ella, quizás la mayoría no recuerden su cara, ni su voz; sin embargo, en ese pasillo desbordado de gente que camina en una y otra dirección, dos encuentros fortuitos van a cambiarle la vida.

Carla se verá empujada a tomar una decisión que no será nada fácil: seguir los impulsos del corazón o escuchar la voz de la razón.

Hay decisiones que pueden cambiarnos la vida para siempre.

Empezaré diciendo que hasta lo que llevo de 2019, este libro sin duda se ha convertido en mi favorito del año. Empiezo fuerte, lo sé. Pero la historia de Adriana Moragues ha despertado tantas emociones y reflexiones en mí que no es de extrañar lo que confirmo en las primeras líneas de esta reseña. Es una historia pasional que, sin dar muchos detalles sobre la historia pues tampoco quiero soltar spoilers, comienza de una manera y termina de otra. 

Carla, la protagonista, acaba de terminar su carrera universitaria de Derecho cuando decide trasladarse al centro de Madrid para desempeñar su verdadero sueño; la música. Es así como comienza una historia que, sí que es cierto que a lo lejos parece típica y nada especial. Pero creedme que, si léeis con detenimiento cada línea, cada párrafo, acabaréis envueltos en la vida de una chica que toma grandes decisiones en su vida partiendo del amor que siente por ellas. 

No es un libro con grandes héroes ni personajes que marcarán nuestra vida como lector. Pero creedme que al terminar las últimas páginas de este libro vais a querer más porque se hace tan ligera, aprendes tantas lecciones de vida en las reflexiones de la protagonista, que puedes acabar el libro siendo otra persona diferente que cuando lo empezaste. Si eres pasional, te gusta reflexionar sobre las decisiones de la vida, este sin duda es un libro que te va a encantar. Además, la pluma de Adriana es ligera, fácil y mantequilla, así que si queréis una lectura rápida, sentimental, donde la música es la gran protagonista, os recomiendo 100% este libro. Sin duda alguna, seguiré leyendo a esta escritora.